¿Imaginas un sábado sin su vermú o su cervecita de antes de comer? ¿Qué mundo loco sería ese? En Taste Gallery lo tenemos claro y estamos preparados para ofrecerte lo mejor de lo mejor a cualquier hora, también a la del aperitivo.

En pleno centro de Madrid, nuestro local único es el espacio ideal para disfrutar de ese momento perdido y un poco brujo entre el desayuno y la comida. Ese instante en el que el cuerpo nos empieza a pedir ya algo de recreo castizo: la hora del vermú.

En la memoria de cualquier persona de mediana edad están esos momentos de su niñez con la familia en el bar de la esquina de casa tomando un refresco acompañado de unos cacahuetes servidos en esos platillos de metal alargados que había en los bares de los 70 y los 80. Mientras, los adultos se encargaban de dar buena cuenta de su bebida, según el gusto de cada cual, domingo tras domingo antes de comer.

Muchas son las bebidas que se pueden consumir en este intervalo matutino de tiempo y hubo un momento en el que los ambientes de tapeo dejaron de interesarse por esta exquisita “pócima” para buscar otras alternativas de bebidas. Pero solo una es la que da nombre a la ceremonia del aperitivo. Por suerte, esta sana costumbre no se olvidó del todo y en los últimos años ha vuelto con fuerzas renovadas. ¡El vermú no ha muerto… viva el vermú!

Origen del vermú

No hay un origen exacto fechado de este licor pero algunas fuentes históricas sitúan el momento de su descubrimiento en la antigua Grecia, donde se maceraba vino con absenta con fines medicinales.

Su comercialización como licor no se produjo hasta el siglo XIX en Italia de la mano de Luigi y Giuseppe Cora (dos hermanos del Piamonte). Y desde Italia fue extendiéndose su consumo al resto de Europa, incluida España, donde en la actualidad existen marcas de vermú de gran prestigio.

La base del vermú es el vino blanco y el ajenjo (lo que le da el toque amargo), pero la receta final es secreta en cada casa y el resultado es una gama de sabores del más dulce al más amargo llenos de matices de hierbas aromáticas, especias y frutas.

Tipos 

Según su elaboración hay diferentes tipos de vermú. La clasificación principal se corresponde con cuatro tipos:

  • Vermú rojo: El color rojo no se debe a que el vino con el que se elabora sea tinto. Es blanco, como en el resto de vermús, pero lleva caramelo (que es lo que le dota del aroma dulce) y canela.
  • Vermú blanco: Es el más dulce de todos y de color pálido.
  • Vermú rosado: El más suave de todos, con toques afrutados.
  • Vermú seco: Más amargo que sus hermanos, tiene un público muy fiel también entre los detractores del dulce.